Proclama del general Belgrano. Batalla de Tucumán.

El señor brigadier general del ejército auxiliar del Perú a los pueblos interiores.
 
 
 
Pueblos del Perú:
 
 
           El ejército grande de Abascal al mando de don Pío Tristán ha sido completamente batido el 24 del corriente, el día de Nuestra Madre y Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se puso el de mmi mando: 7 piezas de artillería, 3 banderas y 2 estandartes, todas sus municiones, bagajes y equipajes, 2 coroneles prisioneros y 1 muerto, 58 oficiales prisioneros y 25 muertos, 650 prisioneros desde sargentos hasta soldados, 500 muertos, y 4 capellanes prisioneros, han sido el resultado de la acción: es regular que ya tenga la noticia por los fugitivos que han ido a buscar asilo en vuestros países, y en el seno de sus familias devotadas por la tiranía; y también lo será de que os lamentéis al ver la falta de vuestros maridos de vuestros hijos, de vuestros hermanos, y aun de vuestros padres, que os han traído la violencia con que los americanos alucinados los han arrancado de vuestro seno para venir a pelear con sus hermanos y derramar la propia sangre.
           Una división del ejército de mi mando los va persiguiendo y pronto caminará el todo con las fuerzas que vienen de Buenos Aires para libertaros de la esclavitud en que de nuevo os han puerto haciéndonos pagar el tributo para manteneros en ella, y para que la guerra civil continúe la devastación de nuestro propio suelo, y de nosotros mismos; mientras los jefes que os oprimen, y os tienen subyugados se enriquecen con los negocios que hacen con vosotros mismos, según me consta, pues todas las correspondencias han caído igualmente en nuestras manos con los equipajes.
           Por estas mismas correspondencias he visto las miras rastreras e inicuas de esos mandones, y calificada mi proposición que os expuse en mi primera proclama de que el engaño y la mentira era el cimiento del edificio que querían levantar: conocen que ya no hay España, y que el rey Fernando jamás volverá, y se burlan entre sí de vuestra credulidad, y de los zonzos, como ellos dicen mutuamente en sus cartas, que les prestan atención y los siguen.
           Del mismo Abascal se entretienen y lo ridiculizan, expresándose que deben mantenerlo como simulacro, hasta que ellos consigan sus miras y se ríen de su título de marqués de la Concordia del Perú, y de su gran cruz de Carlos III, zahiriendo a esas mismas cortes, y a esa misma regencia que se da los aires de soberanía de América, cuando todo es una jugarreta, según ellos se expresan.
           Así es que se fijan en órdenes que tienen de la corte del Brasil para operar, y véase aquí cómo tratan esas almas débiles nacidas para el azote de estas provincias, mientras el Todo Poderoso lo ha permitido, de entregaros a una potencia extrajera ¡y qué potencia! Que lejos de adherir  esas ideas a esas ideas, ha tratado de apagar el fuego que iba a incendiarse y que se ha comprometido a permanecer en amistad con las Provincias del Río de la Plata.
           Os aseguro, con verdad, que estoy escandalizado de las falsedades, de los engaños, y de las inicuas tramas que he descubierto, y cada día descubrió en las correspondencias predichas: las más de ellas del propio puño de los mandones, y tanto más me escandalizó, cuando tenía otra idea de sus talentos y conocimientos. ¡Oh, cuánto es cierto que la ambición no tiene limites, y que se complace en edificar sobre sus ruinas, y devorarlo todo con tal de conseguir sus inicuos fines!
           Llegó, pues, el tiempo de que sacudáis el yugo de fierro que os oprime, y de que prenséis en fijar vuestra suerte: el tirano va a desaparecer de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y a meterse en las cavernas donde se abriga la tiranía. El Omnipotente se ha apropiado de nosotros, y quiere castigar a los malvados autores de la efusión de sangre, y de tanto desastres, sin respecto a la santa religión, ni a esas leyes que ellos mismos descantaban que obedecían.
           En su fuga, cuando han encontrado ha sido objeto de su (roto) saqueado los templos, despedazado las imágenes de nuestro Señor Jesucristo, destruido las de María Santísima y cargado en sus vestiduras, incendiado casas, muebles, robado cuanto han encontrado, muerto a personas indefensas, y todo a presencia de su general.
           Ver ahí, la diferencia de la conducta de las tropas de la patria, a las que se les han atribuido esos defectos; porque juzgando el hombre que su corazón a sus semejantes piensa que todos son como él: las tropas de la patria no han sido osadas a cometer el mas pequeño desborde a la presenciad e su jefe; tengo esa gloria, como la de que desde que me hallo a la cabeza de ellas no he tenido la menos queja de un soldado en atentar contra individuo alguno de los pueblos, y sólo cuento en la historia de mis castigos a un malvado conocido por Panza Verde que habiendo cometido al segundo día de estar alistado bajo las banderas de la patria, el atentado de querer forzar a una mujer, fue pasado por las armas.
           Debéis conocer l gran discapacidad que hay entre hombres que os quieren dominar y disponer de vosotros como de rebaños de carneros y hombres que aspiran a auxiliares para libertaros de aquellos tiranos y que gocéis de vuestros sagrados derechos, de libertad, propiedad y seguridad: necesariamente aquellos han de ser vuestros cómitres como lo habéis visto en los azotes que os dan dado, las muertes de vuestros padres, hermanos y parientes, los incendios de vuestros pueblos e iglesias, los saqueos y demás males que habéis experimentado.
           Los que aspiran a auxiliaros, ninguno de esos males os han causado, ni causarán,  por más que aquellos inicuos os hayan querido imbuir tales ideas en su contra: la experiencia misma os lo ha enseñado, y nada me toca de exponeros, pues no hay razón que pueda aumentar, ni disminuir la fuerza de aquella.
           A las armas, pues, compatriotas amados: caed sobre los tiranos, y haced que corran a ejercitar sus vicios donde los amen: las provincias dependientes de Lima me llaman como vosotros, y con igual empeño; ya no pueden soportar más los grillos de la esclavitud por más que se los doran: yo vuelo con todos mis hermanos de armas en su socorro, y con la seguridad de que Dios Todo Poderoso protege nuestras justas intenciones; pues no doy un paso en que no vea sus distinguidos favores.
           Sólo exijo de vosotros unión, constancia, valor, y el ejercicio de las virtudes: alejad de vosotros toda odiosidad, todo espíritu de venganza, y todo cuanto sea contra la ley santa de nuestro Dios, y de la santa iglesia y no penséis en intereses particulares, sino en salvar la amada patria, para restituirla el goce de la tranquilidad que necesita para constituirse, y que todos disfruten de los bienes que el cielo mismo nos han querido conceder.
 
 
           Cuartel general del Tucumán, 28 de septiembre de 1812.
 
 
 
 
DOC. ARCH. SAN MARTÍN - T. XII

Páginas 12-702 a pág. 12-705 

No hay comentarios:

Publicar un comentario